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#Untagme
por: Tomás Niño Paredes
En el colegio hay tres tipos de grupos. Los populares, en donde usualmente se encuentra los bullies o montadores como se conocían en mi época; la clase media, la mayoría, desconocido que no se meten con nadie y nadie se mete con ellos; y, por último, los impopulares, esos que son acosados o intimidados. es claro que dentro de estas categorías hay muchas personalidades, comportamientos, preferencias y actitudes, pero, en conclusión, desde pequeños, así empezamos a clasificarnos y a “entender” las dinámicas sociales.
Los sentimientos ante la presión grupal comienzan muy temprano. Los niños tienden a repetir patrones de comportamiento y lo replican con sus compañeros. El papá maltrata a la mamá, la mamá maltrata al hijo, el hijo maltrata al perro, o así y en el sentido contrario. La crueldad empieza a ser justificada bajo el lema “ son niños” y las heridas de quienes fueron lastimados se vuelven cicatrices que muy difícilmente terminaron siendo curadas.
Luego crecemos y a pesar de poder estar en desacuerdo con las clasificaciones, las repetimos.Gorda, gordo, ñero, ñera, pobre, rico, feo, fea, guapo, guapa, lobo, loba, lambón, regalado, fácil…la lista podría no terminar.
Es claro que todos tenemos ciertas características que nos diferencian de los demás,pero ¡quien tiene el derecho de clasificar y generar patrones como si de aritmética se tratara?Así el valor de la clasificación sea positivo, en este punto todos sufrimos. Nadie quiere ser catalogado solo por su físico, su inteligencia o personalidad. Somos humanos y en mi opinión tenemos más de grises que de negros y blancos.
Tener tatuajes, crestas, implantes, no nos hace malos, como tampoco usar blazers,cárdigan y tirantas , nos hacen buenos. Como un hombre común, que soy, he cambiado durante toda mi vida. Mi apariencia, mis elecciones, mis pensamientos, todo ha cambiado y siento que cada parte de aquellas transformaciones han recibido un juicio y un prejuicio y me pregunto ¿es esto justo?
Aquí no se habla de limitar la libertad de expresión- yo digo lo que me venga en gana sobre lo que quiera-. No, el punto es respetar al otro sin etiquetarlo. Así que #Untagme o “destaggeame”. Somos libres y no pertenecemos a nadie, ni siquiera desde la palabra o el lenguaje.
En MALLPOCKET quisimos crear una edición libre de etiquetas y sobrenombres, un publicación sin juicios, una revista en la que todos tenemos nuestro propio espacio. Disfrútela y que su próxima tarea sea intentar no clasificar a nadie.
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