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Porque te gusta la gozadera y llevas una sandunguera dentro

26 diciembre, 2016 by MallPocket 1 Comment

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“Los cañonazos Mallpocket”
Por: Tomás Niño Paredes
@tomaco2000

A los colombianos nos gusta la farra, nos gusta tanto que hemos creado múltiples sinónimos para definirla. Foforro, rumba, pari, parranda, juerga, pachanga y por supuesto, la gozadera. Somos festivos por naturaleza, celebramos hasta la derrota, por no mencionar la muerte; si no lo cree, péguese la rodadita por el Cementerio Central en Bogotá y gire hacia el costado donde está el bar “La última gota”. Sin importar nuestros gustos musicales, sea: “rockcito” en español, rock, metal, heavy metal, funk, punk, dance, o, pop-Britney Spears, en la sangre llevamos una sandunguera dispuesta a descualquierarse al escuchar un par de tambores envueltos en un sonido festivo y tropical.

Muchos dirán que nuestra conducta es reprochable o extraña, para que no suene tan fuerte. Sin embargo, la festividad ha sido parte de la respuesta resiliente de un país que ha tenido más de mil y una razón para quejarse. Así que gózatela, papi, o, mami y ponle “a tu cuerpo alegría Macarena, que tu cuerpo es pa´ darle alegría y cosa buena”-¿Cómo dice el coro?-.

Hey, Macarena. Y es que la cosa empezó con nuestros papás. Tal vez nuestros abuelos eran más finos, su gusto era más “refinado”, escuchaban boleros con la moza y bailaban tango con la principal, todo un deleite musical. Nuestros papás nos pusieron a reventar ese corazón con salsa, con orquestas tipo Big band tropicales, como los Melódicos o La Billo´s Caracas Boys.

Nuestros viejos comenzaron la arrejuntada y la bailada pegado, ¿quiénes serían los protagonistas de las descontroladitas de los 60? Si lo regañan porque su cuarto huele a chivo, pregúntele a su mamá o a su papá cuál era el olor característico de su habitación hace cuatro o cinco décadas. Y no es para reprocharles; gozar es parte fundamental de la expresión de un ser humano. Y tranquilos, solo hay que ver al Tigre Castillo para no llegar a excesos. Con el meneo de nuestros papás y su forma de traernos al mundo, comenzamos nuestra playlist (disponible en Spotify), los cañonazos Mallpocket.

Todos venimos del Jala Jala
No piensen mal, ¿o sí? La salsa se tomó los sesenta y de qué manera. No dejó sentar a ningún joven, los dejó parados… azotando la madera de cualquier discoteca. Mi mamá me lo contó, –las mejores parejas bailaban en el centro de la pista, bailar era la diversión—. Qué gozadera la de mi mamá. La Fania All Stars irrumpió la mente y el cuerpo de todos con ¡Salsa! y este maravilloso género aún retumba en muchas fiestas. Si no hubiera nacido hacia finales de los 80, creería que papá y mamá me crearon con el Jala Jala (1967) de Richie Ray y Bobby Cruz, canción que hizo parte del disco Jala Jala y Boogaloo, con grandes canciones como Cabo E y Bomba Camara.

Por esta rama se desprenden grandes éxitos que de seguro ha escuchado o bailado. El gran Hector Lavoe nos dio canciones como El Cantante, Periódico de ayer y “Santo Dios… Santo Fuerte… Santo Inmortal”, por su puesto, Aguanile, canción que hizo con Willie Colón en el álbum El Juicio, en 1972. En esa época se hacían Coca-Colas bailables, es decir fiestas en donde supuestamente se tomaba gaseosa, quienes asistían eran los Coca-Colos, varones jóvenes de imagen elevada, es decir gomelos o chicos plays. —Entre todos compraban una botella de aguardiente porque no tenían plata, luego sacaban algunos pesos de donde fuera y terminaban la fiesta en los parques—, me comenta una mujer de la época.

En ese tiempo la sensación eran los mosaicos, discos con compendios de canciones hit, tal y como se lo estamos haciendo nosotros a ustedes, ¡y gratis! Continuemos. Como si esto fuera un rap atemporal voy a seguir con las canciones cañonazo de la época que aún siguen siendo la locura. “Volando, así se va mi corazón cuando te ve aquí” esos eran Los Blanco, agrupación venezolana, (Venezuela fue gran aportante musical para nuestro país, pero no le digan a nadie porque de pronto se dan cuenta que la invasión Castro-Chavista comenzó hace mucho y qué peligro). Los Melódicos nos dieron “Apágame la vela, María” ¿Qué significará esa canción? ¿Más jala-jala? La Billo´s Caracas Boys pusieron Palmira Señorial, por solo dar un ejemplo.

Pongámonos pesados y subámosle a la música. Pastor López solo hay uno, de eso no hay duda, él nos hizo apreciar la belleza de las mujeres, o por lo menos de las caleñas. No te pongas celosa, mi amor, esto es trabajo. Las Caleñas, El Ausente y Solo un Cigarro, recomendadas de corazón y dejemos hasta ahí con el país vecino, porque de pronto piensan que somos socialistas. Porros y cumbias no deben faltar en ningún compilado; Pacho Galán con su Cumbia del Caribe lo va a poner a sabrosear de lo lindo y si quiere empezar diciembre antes, pues dele play a Los Corraleros de Majagual con Hace un Mes o La Yerbita: “Quiero sentarme contigo en la yerbita y decirte despacito quién sabe cuántas cositas”. Si ha escuchado esta canción, sabe que no nos podemos quejar de a mucho del reguetón.

Y con ustedes, “nosotros los jaladores”
Dividir el tema por generaciones en la importante categoría Rumba Gozona, es muy complejo. A pesar de esto, hay una forma de separar el tiempo. El antes y el después llegó con el merengue, hermoso género musical que invitó a tíos y a tías a aburrir a sus sobrinos, en principio, para que después estos levantaran novia y se re procrearan, sacando pecho con sus habilidades de baile, estimuladas por familiares gozones. Muchos me dirán, ¡Te volviste loco, Tomás! Por mencionar lo de nuestros tíos y yo respondo, el que se volvió loco, fue Wilfrido.

Abusadora, El Baile del Perrito y Volveré, grandes hits de ayer y hoy; a pesar de esto yo me quedo con El hombre divertido, porque ajá. A mis amigos poetas, les pido calma. No todo es sandungueo puro, también hay arte. Si no me creen, pregúntenle al que quería que lloviera café en el campo, el mismísimo Juan Luis Guerra, quien viene a Colombia cada 8 días, así que es posible que se lo encuentren en un D1. Y es que se me sube La Bilirrubina solo de pensar en una parranda sin este señor, ahí sí todo se pone Frío, Frío, como el agua del río.

Por eso a la cosa hay que ponerle candela y quién mejor para cumplir con esta tarea que Joe Arroyo. El que nos contó cómo es que es la vuelta cuando hay esclavitud, viva ¡La Rebelión! Así que no le vaya a pegar a la negra porque lo coge “La Noche” y como me dice mi novia, “Te quiero más”. Dele paso al amor gozón.

Como de candela estamos hablando los que le subieron al nivel, pero de peligrosidad, fueron Los Ilegales, Fulanito, Rica Arena y Proyecto Uno, porque “No hay mujer fea, sino poco alcohol”. El que no vino a bailar, el que no vino a gozar, que se vaya parando. El Taqui, Taqui, Guallando, Cuando El Amor se Daña y el Tiburón, los pondrán como pareja extranjera en Cartagena con coctel de camarones y aguardiente de pasante. Es decir, ¡A mil!

Nos vamos acercando al presente y convirtiendo de a poco, en impudorosos. Pero primero, démosle paso al romance. La Factoría le puso amor al perreo con Todavía me acuerdo de ti, pero no fue capaz de igualar al gran Big Boy con “Mis ojos lloran por ti”. El tiempo pasó como estrella fugaz y nos montamos en La Bicicleta de Carlos Vives pero antes, le mandamos un saludo al gran Sergio Vargas por La Ventanita de Shakira.

Ahora sí, nos vamos a pegar como animales porque J Balvin aprendió de Ivy Queen, Wisin & Yandel, Don Omar y Tego Calderón y la rompió con Ginza. Si usted es un poco más recatado y le gusta perrear con un Gin & Tonic en la mano, mientras habla de García Márquez, escuche Fiesta, del disco Amanecer (2015) donde apareció el gran Will Smith. Empieza a terminar la farra y ustedes estarán diciendo ¡qué DJ tan malo! Pero no se estrese, más bien tómela suave y como dice el gran Celso Piña, “Mira, emociona y suena” con La Cumbia sobre el río.

 

 

Filed Under: Crónica, Editorial, Revista Secciones, Shuffle

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