Pink Filosofy, Johanna Ortiz, bueno, de ahí nació esta marca que ha resultado un referente importante de lo que yo llamo “listo-pa’la-percha”; es decir, el modo colombiano de entender el modelo de negocio Prêt-à-porter (esto traduce listo para usar, que es cuando la moda de lujo es algo que puedes comprar en una tienda, hay más unidades por prenda y es de fácil acceso, aún siendo de diseñador).
Creo que el ejercicio más bonito de democratización de moda como concepto continuo ha sido Pink Filosofy. Antes hubo uno igual de bonito (y recordarlo me hace sentir viejo), pero hoy evolucionó y volvió a ser una marca de un segmento más elevado (y una de mis favoritas de siempre). Sabemos que Johanna Ortiz hoy es la dura del diseño colombiano, vendiendo vestidos de más de USD5.000 en Moda Operandi y sacando pecho por la elegancia caribe de Colombia.
La misma Johanna, junto a Adriana Arboleda, lanzaron una marca más cercana, con más sedes, con un surtido gigantesco de prendas. La idea seguiría siendo el tema resort, y todas las ideas ultra femeninas de Johanna Ortiz. La marca evolución, y con el tiempo fichó también a Manuela Álvarez, dando espacio a nuevos diseñadores a hacer parte de este gran equipo, teniendo en cuenta de lo importante que puede ser tener una nueva visión para fortalecer las ideas.
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Vale, ¿qué fue lo bonito de la colección? Es muy interesante ver que una marca sea tan fuerte para presentar dos colecciones en menos de tres semanas y que ambas tengan toda una historia diferente, sin perder la línea creativa que debe unirlas. Esta colección corresponde a un Resort, que resulta ser una colección entre colecciones, enfocada a las temporadas de vacaciones de las clientes. Del modo que sea, fueron bastantes salidas que lograron transmitir la esencia de a qué saben las vacaciones del 2018, en un viaje extraño sobre las estaciones y su afectación en nuestros estados de ánimo.
¿Qué me gustó? Volúmenes por doquier, reflejando la línea de Johanna que, hoy por hoy, será un gran referente internacional para medir el impacto comercial del diseño colombiano; pero interpretados de un modo que sólo se le podría otorgar a esta marca, a través de kimonos y botas anchas, con un patronaje increíble y una caída que logra reflejar a diferentes mujeres colombianas, logrando una uniformidad en el resultado de sus prendas.
También, junto a Arkitect, presentaron Empatía, una cápsula de camisetas de ilustración colombiana (que es la tercera colaboración de la marca con el gran retailer colombiano), que llama la atención sobre la necesidad de apropiarnos al máximo de este valor. Creo que no quedan muchas prendas disponibles, pero varios básicos de siluetas diferentes, hacen que tenga que decirles que se peguen la rodadita.
No siendo más, échenle un ojo a la colección completa, y quédense atentos a los demás reportes que nos quedan (son poquitos, lo juro).
¡Vemos pues!
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