Todos aman el café y una buena siesta, ahora que estas dos cosas nos ayuden a elevar la productividad, nos pone en una situación muy atractiva. ¿Y si pudiéramos unirlos? Es posible y se llama siesta de café.
¿Cómo funciona la siesta de café?
Bastante sencillo. Tomas una taza de café como siempre acostumbras. Entonces, en lugar de regresar a trabajar, se echa un sueñito. ¡Que maravilla! y no, no es ilógico ya que la cafeína empieza a funcionar hasta después de 30 minutos, tiempo que también es el perfecto para una siesta de poder efectivo.
Tanto la cafeína como el dormir bloquean los receptores de adenosina del cerebro, que son los químicos que provocan el sueño. Así que si una siesta por si sola nos ayuda a sentirnos descansados, el tomar café antes de dormir puede ayudar a renovar la carga de energía.
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No todo es color de rosa, la siesta de café también puede salir mal. Existe la posibilidad de que la persona no tome los miligramos suficientes de cafeína y por ende no obtendría los beneficios de una siesta de café. Así es, el hecho que tomemos café como una religión no quiere decir que estemos tomando la dosis suficiente de cafeína.
También existe el riesgo -el más probable- de dormir de más. Si una persona duerme más de 30 minutos, aumentan las probabilidades de que caiga en un sueño más profundo y entonces es más difícil despertar, incluso con la cafeína.
Pero no se preocupe, si el tiempo y la dosis son correctas, las siestas de café pueden ayudarlo a despertarse con energía después de una siesta típica.
Podemos pasar de cuatro o cinco tazas de café al día, a una o dos tazas de café más un sueñito para tener más energía y ser más productivos en nuestro día.
¿Lo intentará?
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