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Llevamos cerca de 50 años alimentándonos con sabores artificiales. Irónicamente a estas sustancias llenas de químicos les debemos lo que percibimos como sabor y olor. Cada día los estantes de los supermercados se llenan de novedades, las combinaciones inimaginables se hacen reales, hasta se hacen concursos para proponer los nuevos sabores de ciertos productos. Lo que ignoramos o, peor aún, lo que no queremos ver, es que la comida que ingerimos no es lo que dice que y que incluso, mucha de la oferta de comida fit y saludable realmente infla más que un corrientazo.
Lo que comemos no es lo que creemos que es, sí señores. La mayoría de marcas que ofrecen jamón York mienten, pues este no solo es hecho de parte de la pata trasera del cerdo, sino que es un revuelto de carnes; y ojo, preocúpese si dice que es extra jugoso, porque seguramente eso quiere decir que tiene más agua que carne. Otro buen ejemplo son los Nuggets de pollo. Con suerte, tienen 50 por ciento de este bípedo, porque según un estudio de The American Journal of Medicine, en el que se analizaron sus ingredientes, el restante de la composición es grasa, venas, nervios, cartílagos y vísceras.
Las bebidas que se consideran una alternativa saludable no se quedan por fuera de la farsa, pues con los jugos en caja y botella que dicen ser néctar pasa algo curioso, y es que la gente los prefiere para evitar las gaseosas porque juran que es de pura fruta, pero no leen la letra menuda. Estas bebidas tienen solo el 18 por ciento de jugo de fruta; ¿y entonces qué es el otro 82 por ciento? agua endulzada con fructosa.
Por otro lado no se puede hablar de ficti food y no mencionar los controversiales alimentos light, esos de la onda fitness para tener el cuerpo perfecto, que funcionan con una regla básica: menos azúcar implica que tienen más grasa y menos grasa es más azúcar o edulcorantes. Un claro ejemplo es el Yogurt griego, que en su tabla nutricional registra cero contenido de grasa pero 19 gramos de azúcares, más que un yogurt normal.
En MALLPOCKET revisamos varias tablas nutricionales de alimentos normales y los que dicen ser light. Encontramos que el helado light tiene 2 gramos más de azúcares que el normal. La misma situación se repite con la leche: la bebida deslactosada y descremada contiene 13 gramos de azúcares, mientras que la entera tiene 12 gramos. Una particularidad que detectamos es que la gaseosa zero tiene 0 en todo, menos en sodio; de este contiene 60 miligramos, mientras que la normal rodea los 40 miligramos del mismo mineral. Y así pasa con la mayoría de productos, los que dicen ser light y bajos en todo, tienen mayor concentración de sodio en comparación con los normales. Esto se ve en la leche, las galletas y los quesos, entre otros.
¿Pero qué pasa con el sodio? Le preguntamos a la nutricionista y dietista Alicia Cleves si el mineral es perjudicial o no y esto nos respondió: “el cuerpo necesita de sodio para funcionar correctamente, es decir una cucharadita diaria. Si se excede el consumo de este, se presenta retención de líquidos, la persona va tener sed insaciable y la ansiedad se dispara”.
Con esta oferta de productos que la publicidad hace ver tan agradables ante nuestros ojos es difícil elegir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló hace unos meses un estudio en el que afirmaba que los embutidos y las carnes procesadas podrían causar cáncer; el anuncio fue noticia en diferentes medios y los indignados no se hicieron esperar en redes, pero hoy ya todo quedó en el olvido y el consumo de estos productos volvió a la normalidad. Así de ficti somos. A fin de cuentas cada quien come lo que quiere, pero eso sí, no hay que poner en duda que el cuerpo va a cobrar factura en el futuro.
(Pirámide nutricional para graficar de lo menos a lo más ficti) Subtítulo pendiente
Base: Los alimentos orgánicos están de moda, el tema es medio aburridor, pero la verdad es que esto es de lo más saludable que hay. Son libres de fertilizantes artificiales, pesticidas y herbicidas. Son caros, pero valen la pena, seguro se va a comer lo que es, literalmente.
(Otro piso)
Los productos integrales tienen un buen aporte de fibra y su consumo ayuda a tener un óptimo estado de salud. Pero lea bien la etiqueta, el alimento debe decir que más del 50% son granos enteros, porque sino es así le da lo mismo comer pan blanco recién salido del horno.
(Último piso)
Hay alimentos muy ficti, son infinidades… Una cosa que parece carne, pero para veganos, y se llama Carve. Trocipollos que no tienen nada pollo, solo sabores artificiales. Café descafeinado, que si le hace daño mejor no se lo tome, porque eso de café sin cafeína, no cuadra. Frutas deshidratadas, hay gustos de gustos, pero lo rico es poder morder una manzana, no es reemplazable con un pedazo seco de esta. Y así hay muchos.
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